Migración a IPV6: planificación e inversión eficiente, las claves para lograr una transición exitosa

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Por Gustavo Domínguez, Sales Engineer de Citrix para la región SOLA

Desde hace tiempo escuchamos que van a agotarse las direcciones IP basadas en IPV4 y que será necesario migrar a IPV6. Pero al parecer la necesidad de hacer este cambio está más cerca de lo que pensamos.

En Estados Unidos se estima que las direcciones libres basadas en este protocolo se agotarán en los próximos meses. En Latinoamérica, si bien aún hay muchas disponibles, el camino será muy similar. Frente a ello, la implementación de IPV6 será necesaria para que Internet pueda seguir creciendo en cantidad de usuarios y dispositivos conectados.

A nivel local, cada vez más instituciones públicas se suman a la migración. Por ejemplo, en febrero pasado, NIC Argentina –organismo que administra el dominio de nivel superior .ar– implementó esta versión en todos sus sistemas. Si bien es cierto que aún no son muchas las páginas ligadas a la nueva versión de Internet, la tendencia va en aumento: según datos de LACNIC, el Registro de Direcciones de Internet para América Latina y Caribe, durante el segundo trimestre de 2013 las asignaciones en IPV6 fueron 156, mientras que 2014, durante el mismo período, alcanzaron 382. Incluso Argentina se ubica segunda en la región, detrás de Brasil, en relación a la distribución de bloques IPv6 por país, con un 8,9 por ciento del total.

Siguiendo estas tendencias, si bien no existe una fecha determinada para que se acaben las direcciones basadas en IPV4, el momento llegará y la migración dejará de ser una opción para transformarse en la única alternativa. ¿Pero qué implica esto para las empresas? IPV6 no es compatible con IPV4 y puede traer dificultades en aplicaciones de los servidores. Por ejemplo, un banco que depende de su plataforma online para traspasos y giros de dinero, puede tener problemas con sus aplicaciones si no han migrado su protocolo al 100% y sufre la caída de dicha aplicación, lo que puede generar desconfianza en sus clientes y redundar en una merma en su credibilidad. Por lo tanto, las organizaciones deberán ineludiblemente migrar sus sitios realizando grandes inversiones en software.

Frente a este contexto, la planificación es un factor clave para asegurar que estas inversiones sean exitosas y que el negocio no se vea afectado. Las empresas tienen que prepararse para que la migración no encuentre desprevenido al departamento de TI y entonces haya que generar gastos mayores para arreglar el problema. Es momento de repensar nuestra arquitectura y contemplar herramientas que ayuden a generar una transición ordenada entre ambos protocolos garantizando dos aspectos clave: la protección de la información y el constante funcionamiento del negocio.

Para que este proceso sea más sencillo y eficiente, una solución es usar un Controlador de entrega de aplicaciones (ADC) que permita a las empresas continuar usualmente con sus actividades mientras se realiza la migración. De esta forma, el ADC funciona como un puente entre ambas versiones, creando un esquema híbrido para lograr la convivencia de los dos protocolos y a la vez permite ir realizando la migración definitiva a IPV6, ahorrando costos y optimizando esta operación. Además, permite añadir capas de seguridad adicionales para garantizar que la información corporativa no se vea afectada durante el proceso.

En conclusión, las inversiones deben contemplar soluciones eficientes que permitan la coexistencia de ambos protocolos para simplificar la transición pero que también faciliten la migración definitiva, y un software de seguridad que proteja todos los archivos e información sensible de la empresa. El cambio se acerca y es el momento para planificar de forma inteligente los pasos a seguir para que la migración nos encuentre preparados y no cause consecuencias negativas en la continuidad del negocio.