El cuarto jueves de abril de cada año se lleva a cabo el “día internacional de las niñas en las TIC”, declarado por la Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT), organismo de la ONU. En este sentido, año a año a través del desarrollo de diferentes habilidades, la sociedad en su conjunto busca incentivar a las niñas y mujeres a orientar sus estudios al campo creciente de las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) para achicar la brecha digital de géneros existente.
Como dato de referencia, el Centro de Entrepreneurship del IAE Business School muestra en un informe que menos del 30% de quienes se dedican a la investigación en el mundo son mujeres, mientras que en Argentina a pesar de que 6 de cada 10 estudiantes universitarias son mujeres, en carreras CTIM representan solo un 33%.
En concreto, de acuerdo a un relevamiento de ONU, para 2050 el 75% de los trabajos estará
Reconocer que esta brecha de género está presente es el puntapié inicial para transformarla, porque los estereotipos terminan excluyendo a las mujeres de un segmento, como es la ciencia y la tecnología, que genera valor, oportunidades laborales y mayores posibilidades de crecimiento económico.
Entonces, ¿Qué podemos hacer cómo actores sociales para colaborar en la reducción de la brecha? Desde el ámbito educativo y organizacional, entendemos que el pensamiento computacional, la programación y la robótica permiten dar respuesta integral y sólida a un contexto de cambio permanente, en el cual las habilidades relacionadas con las tecnologías digitales son fundamentales para el desarrollo, la inclusión social y la construcción de conocimiento de los estudiantes.
Para lograrlo es fundamental revisar las prácticas educativas dentro y fuera del sistema escolar, así como también construir experiencias relevantes que promuevan y fortalezcan el desarrollo de nuevas habilidades cognitivas en todos los niveles .
Durante la cuarentena, muchas organizaciones educativas tuvieron que repensar sus prácticas cotidianas utilizando herramientas digitales. Aquellos que solían abordar disciplinas STEAM comenzaron a utilizar simuladores. Sin lugar a dudas, la pandemia vino a cambiar nuestras vidas, aceleró y cambió la forma de comprar, de trabajar y hasta de vincularnos. Las tecnologías se transformaron en herramientas invaluables para poder continuar con nuestras vidas, durante el aislamiento y el contexto de emergencia sanitaria. Nos mostró por qué desarrollar habilidades como la creatividad, la colaboración, la comunicación y el pensamiento crítico es crucial para la vida en el siglo XXI.
Con certeza, las tecnologías de la información y la comunicación impulsan el crecimiento y la innovación en el mundo entero e influyen en todos los ámbitos de la vida y convierten a las niñas, mujeres y jóvenes en usuarias y creadoras potenciales de aplicaciones para el desarrollo de nuevas TIC.